"Hoy, la música se consume; no se escucha."En una línea:
Hay diferentes formas de concebir la música (como arquitectura, matemática - Haydn; descriptiva - Debussy; desde el lenguaje - Stravinsky) con sus particularidades regionales (en Italia como evasión y ocio; Alemania como expresión de lo sublime y absoluto; Inglaterra como business; Francia como racionalización). Hoy, han caído las escuelas como consecuencia de la eliminación de normas entre paísesEn internet:
Música clásica gratuita, piezas de piano, Libros de Casini en La Casa del Libro, Libro en La Casa del Libro, Reseña del libro.
Más:
Cada uno de nosotros tenemos una capacidad diferente para apreciar la música. La buena noticia es que el oído, y el gusto artístico en general, se puede desarrollar (Gombrich).
El arquetipo de sensibilidad de la música en el s.XX lo marcaron Bernstein y Karajan. A partir de dicho momento se mezclan ideas musicales previamente aisladas - como consecuencia del avance en la preocupación y comprensión del lenguaje.
El libro da buenas ideas de cómo adentrarnos en el gusto por la música: esquematiza su historia, describe sus formas, los elementos que la componen y termina ofreciendo una interesante guía de audición ordenada cronológicamente: Monteverdi, Bach, Haendel, Vivaldi, Scarlatti, Mozart, Haydn, Beethoven, Schubert, Chopin y un largo etcétera.
Estoy de acuerdo en que el oído y el gusto por la música se pueden desarrollar. De hecho, un buen ejercicio es intentar dividir el resultado final, la canción, en los diferentes instrumentos que se conjuntan al unísono. Parece sencillo, pero no lo es para nada y permite apreciar el valor que tiene la música.
ResponderEliminarPor otro lado, también pienso que estamos predispuestos a que determinados ritmos, instrumentos, voces o repeticiones nos llamen más la atención sin la necesidad de "educarnos" en la música.
Finalmente, pienso que gran parte de la música que apreciaremos a lo largo de nuestra vida vendrá determinada por nuestro entorno (escucharemos más lo que nuestra red social escucha) y por nuestra mayor o menor predisposición o apertura a nuevos estilos.
Buen consejo, muchas gracias...
ResponderEliminarEl libro propone, por ejemplo, escuchar la misma sinfonía interpretada por dos directores y orquestas muy diferentes.
Un saludo,
Jose
Aunque es algo que tenemos asimilado y damos por hecho, no deja de sorprenderme la capacidad del ser humano de identificar armonía en una sucesión de sonidos a distinta frecuencia.
ResponderEliminarTodos somos más o menos capaces de percibir cuando un conjunto al azar de notas forman "música", cuando suenan de pena o cuando hay una nota fuera de sitio.
Esta métrica musical, no acabo de entender si la asimilamos culturalmente o es "ley de la física".
Culturas muy dispares (desde China 3000aC a Grecia 500aC) han desarrollado métricas músicales basadas en la misma escala de octavas. Aunque también se usan otras escalas, como la pentatónica, al final parece que todos nos hemos puesto de acuerdo en lo que "suena bien" y lo que no. Y me refiero a aspectos globales de solfeo, no a gustos musicales concretos, claro.
Me gustaría saber qué pasaría si a un recién nacido se le torturase con cacofonías absurdas con métrica elegida aleatoriamente. ¿Le acabaría sonando bien?¿Si por fin se le pusiese una pieza de Bach le sonaría a orgía de ruidos? ¿O por el contrario el cerebro humano nace con una conciencia musical implicita?
Es un tema del que se pueden discutir un montón de cosas, pero se escapa un poco bastante de mis conocimientos. Eso sí, aprovecho este "El arte de escuchar la música" para recomendar otra obra básica de la literatura musical llamada "Historia del jazz", de Ted Gioia.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus comentarios, Scila,
ResponderEliminarSon muy buenas preguntas; Schoenberg se hizo alguna parecida y decidió proponer la métrica dodecafónica, pero siempre moviéndonos en los mismos patrones musicales.
Respecto a la posible existencia de una conciencia musical implícita, la pregunta que se planteó inicialmente en psicología fue cómo distinguir entre percepción y estímulo, para poder identificar lo mejor posible el papel del cerebro en todo este proceso (G. Miller):
Nuestras percepciones no se limitan a captar un estímulo objetivo existente fuera de nosotros sino que imprimimos un sentido ("debemos conocer lo que estamos viendo"). Por ejemplo, el espacio tridimensional no lo vemos literalmente sino que lo inferimos; es un esquema abstracto que imponemos, y que funciona.
El esquema abstracto que imponemos lo hemos aprendido (culturalmente) y lo utilizamos en la medida en que funciona...
Muchas gracias Scila!
Hola Miguel, gracias por proponer ese libro, me lo apunto en mi lista de futuras lecturas :)
ResponderEliminarHace un tiempo un amigo me propuso directamente un CD en el que me había grabado unas piezas de música que conocía bien, junto con sus versiones de jazz...
Debo reconocer que me quedó un poco grande (no tengo buen oído; y en general soy poco observador), pero me pareció una forma magnífica de adentrarse en el jazz.
Muchas gracias, un abrazo Miguel!
Esta es la entrada que mas llamó mi atención.
ResponderEliminarGracias por visitarnos y comentarnos!
Excelente tu blog focalizado en la calidad de contenido!
Me gustó mucho sobre todo las citas sobre música clásica, se aprende mucho...
Y por otro lado gracias a tu comentario ya pude corregir el problema con los comentarios en mi blog!
Como podrás ver acá:
http://www.ru-nuel.com/2012/01/lamparas-con-tecnologia-de-induccion.html
Gracias de nuevo!
Y te pregunto, sabías que de lo poco que se conoce de Tesla es que era muy humanista y con una actitud hacia la vida digna de emular?¨
Pero hay poca información sobre Tesla.
Feliz resto del día!
gracias por tu comentario.
ResponderEliminarmuy bonito me gustó esta entrada.
mucha suerte con el blog.
saludos!
Ruddy, Belén y Verónica, muchas gracias por vuestros comentarios!
ResponderEliminarSeguimos en contacto :)
Jose
Completamente de acuerdo. Perdona Arnedo por no haber comentado antes... Estoy de finales en la universidad y me cuesta compaginarlo todo. Supongo que en un par de semanas podré leer tu blog en profundidad. Estoy totalmente de acuerdo contigo, la música hoy día se consume. Es algo que ya se ha adaptado tanto que el hecho de que se haga música consumible implica que es buena música. Es como cebar un tomate de transgénicos para que tenga mejor color, mejor sabor... Ya se sabe... Lo natural y orgánico es lo mejor sin duda, para el propio cuerpo y para la tranquilidad de uno mismo.
ResponderEliminarLa música orgánica es difícil de encontrar, ya toda se sintetiza para agradarla al oído, se armoniza de manera que ya es imposible encontrar sonidos naturales y sentidos, pues todos llevan centenares de toneladas de trabajo por ordenador. Que no digo yo que la música electrónica no me guste, de hecho es uno de mis géneros favoritos, sin embargo la única que me gusta es aquella que tiene una originalidad aunque juegue con un sonido informatizado.
La cosa es que, amigo mío, sigue habiendo tomates naturales. Pero ya no los quiere nadie, por buenos que sean; se caen al suelo y nadie los recoge, y solo unos pocos gusanos afortunados serán capaces de captar su especial esencia y sabor.
Nos vemos, amigo.
Sí, básicamente se consume y se hace para consumir. El arte de escuchar la música está en deshuso. Ya casi nadie se sienta en su casa a escucharla y dejarse llevar por las sensaciones que les puedan transmitir. Y como la música en general, la más conocida y "vendible", se crea en función a esto; pues cuesta sentarse a escuchar y dejarse llevar por ella. Más que nada porque no está hecha con corazón, sino totalmente mediante fórmula matemática de las modas que venden.
ResponderEliminarGracias por tu comentario en Alquimia. Un saludo.
Hola, buen blog el tuyo, muy interesante y si, estamos totalmente de acuerdo con esta cita. Y aunque cada persona es un mundo a la hora de escuchar y/o percibir musica, desde mi punto de vista personal,haciendo referencia a la cita "hoy la música se consume, no se escucha", hoy, con toda la tecnología que hay, nadie se para demasiado a escuchar un disco, simplemente se pasa de una canción a otra con un click y de esta manera no se puede apreciar muy bien el contenido de un disco.Un Saludo.Y te seguiremos leyendo.
ResponderEliminarMuy interesante tu blog. Gracias por la visita. Hasta muy pronto.
ResponderEliminarSoy una analfabeta musical así que me ha encantado esta entrada. A ver si es verdad que aún tengo remedio. Me compraré el libro.
ResponderEliminarJosé: te doy las gracias por el consejo que dejaste en mi blog. Te he enlazado. Espero que te guste.
Saludos
http://cocinasanayfacil-ruqui.blogspot.com/2012/02/una-bloggera-encantada-de-serlo.html
(No tengo ni idea de cómo se pone un enlace a una palabra en un comentario tal como tú haces así que si se te escapa el consejo, encantada, jaja.)
Hola de nuevo, Ruqui; para responder a tu pregunta, un enlace se pone así en los comentarios:
EliminarPor ejemplo, para apuntar al enlace siguiente:
http://cocinasanayfacil-ruqui.blogspot.com
Y que aparezca el texto siguiente:
"Objetivamente, el mejor blog de cocina del mundo :)"
Tienes que poner:
"Objetivamente, el mejor blog de cocina del mundo :)"
Un saludo :)
Jose
(*) Sólo funciona en algunos blogs; creo que casi todos los de Blogger y Wordpress. Por ejemplo, en tu blog aparece un mensaje "Puedes utilizar algunos códigos HTML, como etc, etc, etc,". El que utilizamos para los enlaces es "a".
:)
Me ha atrapado el artículo desde la primera frase. Creo que esa cita es totalmente cierta... Y un poco triste también, porque la música es para escucharla, no para consumirla (si pensamos en consumir con un significado negativo). Es como la comida, que es mejor degustarla que engullirla.
ResponderEliminarEn cuanto a que se puede desarrollar el oído creo sí, pero que la persona tiene que tener predisposición. Como profesora de música, sé que hay padres que se empeñan en que los niños desarrollen el oído pero, si el crío no quiere, no hay mucho que hacer.
Al igual que pasa esto hay chavales que nacen con un oído perfecto, absoluto, y que sin querer destacan por ello.
Y como música, una de las cosas que hago es eso de escuchar una misma pieza interpretada con diferentes orquestas, solistas y directores. Es muy útil, y ayuda a una mejor visión de la obra.
Gracias por recomendarme este artículo, me voy a hacer seguidora del blog y lo pongo ahora mismo en mi blogroll :)
Un saludo!
Gracias Arnedo por publicar esta fantástica reseña y por despertar con ella la inquietud de algunos curiosos que estarán pensando que merece la pena leerlo y, por qué no, comprobar de paso a qué suena la música de diferentes períodos o composiciones de estilos bien distintos. Al fin y al cabo aclara muchos conceptos y crea una curiosidad maravillosa por descubrir algo más sobre este mundo. Y es lo que hace falta en nuestro país, crear afición por la música, que a la gente le apetezca ir a un concierto a escuchar una obra sinfónica, un cuarteto de cuerda, una zarzuela o una ópera. No hace falta ser ningún experto para disfrutar de la música. Mi experiencia con los alumnos en conciertos es fantástica. A cada uno le llama la atención algo, un determinado instrumento, el director, la voz de un cantante, los contrastes de timbres o dinámicas, cuestiones generales pero para ellos apasionantes porque nunca antes las habían percibido. Siempre hay algo que hace que algunos de ellos te pidan una grabación o el DVD para volver a verlo. Cuando eso sucede, es emocionante, en alguien más está naciendo el gusto por la música, por indagar un poco más. Si vas a un concierto con melómanos, la conversación cambia un poco y en el intermedio desgranas aspectos más técnicos sobre la obra, la forma, la repetición del aria da capo o la comparas con otra versión que conoces bien. Para mí, ambas experiencias son muy gratificantes y todos volvemos a casa pensando en música, que es lo más importante. Creo que los que trabajamos en educación podemos ayudar a descubrir a la gente el mundo de la música, porque hay épocas, estilos, compositores, cantantes, intérpretes, versiones, etc… para todos los gustos. Desde luego, no hay nada como la música en directo, donde se palpan las emociones, donde se ve y se escucha a los músicos, los cantantes, al director, a la orquesta en el foso e incluso los fallos. No hay dos conciertos iguales y no puedes volver a escuchar el mismo fragmento que te ha capturado. La magia del directo, la magia de la música.
ResponderEliminarUn saludo,
Laura